“La 66 es la ruta de la gente en fuga, refugiados del polvo y de
la tierra que merma, del rugir de los tractores y la disminución de sus
propiedades, de la lenta invasión del desierto hacia el norte, de las
espirales de viento que aúllan avanzando desde Texas, de las
inundaciones que no traen riqueza a la tierra y le roban la poca que
pueda tener. De todo esto huye la gente y van llegando a la 66 por
carreteras secundarias, por caminos de carros y por senderos rurales
trillados. La 66 es la carretera madre, la ruta de la huida.”
(Estracto de "Las uvas de la ira")TÍTULO ORIGINAL | The Grapes of Wrath |
---|---|
AÑO | 1940 |
DIRECTOR | John Ford |
GUIÓN | Nunnally Johnson (Novela: John Steinbeck) |
MÚSICA | Alfred Newman |
FOTOGRAFÍA | Gregg Toland (B&W) |
REPARTO | Henry Fonda, Jane Darwell, John Carradine, Charley Grapewin, Dorris Bowdon, Russell Simpson, John Qualen, O.Z. Whitehead, Eddie Quillan, Zeffie Tilbury |
PRODUCTORA | 20th Century Fox. Productor: Darryl F. Zanuck |
PREMIOS | 1940: 2 Oscars: Mejor director, actriz secundaria (Jane Darwell). 7 nominaciones 1940: National Board of Review: Mejor película 1940: Círculo de críticos de Nueva York: Mejor película |
SINOPSIS | Tom Joad (Henry Fonda) regresa a su hogar tras cumplir condena en prisión, pero la ilusión de volver a ver a los suyos se transforma en frustración al ver cómo los expulsan de sus tierras. Para escapar al hambre y a la pobreza, la familia no tiene más remedio que emprender un larguísimo viaje lleno de penalidades con la esperanza de encontrar una oportunidad en California, la tierra prometida. |
CRÍTICAS | ---------------------------------------- "El más impresionante retrato de la depresión que asoló los Estados Unidos en los años treinta viene firmado por la mano maestra de John Ford. Un canto a la solidaridad. Cotidiana, lírica y comprometida, una película inolvidable, necesaria y magistral" |
Uno de los films culminantes de
John Ford (1884-1973). El guión, de Nunnally Johnson (“Tierra de
audaces”, King, 1939), adapta la novela “The Grapes of Wrath” (1939), de
John Steinbeck, ganadora del Pulitzer. Se rueda en escenarios naturales
de Oklahoma, Arizona (Petrified Forest National Park), Nuevo Méjico y
California (Iverson Ranch, San Fernando Valley...) y en los platós de
Fox Studios (Century City, L.A., CA). Nominado a 7 Oscar, gana dos
(director y actriz de reparto). Producido por Darryl F. Zanuck y Nunnaly
Johnson para la Fox, se ofrece en sesión de preestreno el 24-I-1940
(NYC).
La acción tiene lugar en el recorrido de 1.600 km. de carretera, de la ruta 66 (que une el NE y el SO del país). Salen de Oklahoma, pasan por Arizona y Nuevo Méjico y llegan a California. La familia Joad abandona sus tierras de Oklahoma, que les han sido arrebatadas por banqueros y terratenientes, y se dirigen a California donde esperan encontrar trabajo como temporeros en la recogida de fruta y algodón. Viajan en una camioneta destartalada Pa Joad (Simpson), la madre Ma Joad (Darwell), el hijo mayor Tom (Fonda), el hijo Al (Whitehead), la hija casada y embrazada Rosasharn (Bowdon), su marido, Casy (Carradine) amigo de Tom, los abuelos, dos nietos, etc.
El film presenta un drama de miseria, desarraigo, marginación, lucha y esperanza, de una familia arrancada de sus tierras de Oklahoma a causa de la crisis económica de los años 30. Ford compone un retrato magistral e impresionante de las consecuencias económicas y humanas de la Gran Depresión que siguió al crack de la Bolsa de Nueva York del 24-X-1929. Crea una composición conmovedora que sitúa al espectador a la época en la que el país y el resto del mundo se ven azotados por la miseria, el paro y la recesión económica. La historia es dura, los sufrimientos de los protagonistas durante el viaje son enormes, el trato xenófobo que como forasteros reciben a lo largo del recorrido y en los lugares de destino son irritantes, etc. Éstos y otros hechos no menos graves permiten a Ford construir un fresco realista, objetivo, detallado y demoledor de cómo fue la vida de los desheredados durante casi una década. A ello se añade el patetismo de la búsqueda de un paraíso en la tierra que no existe. La narración se presenta desde el punto de vista de Tom (Fonda), el hijo mayor y protagonista del film.
La acción tiene lugar en el recorrido de 1.600 km. de carretera, de la ruta 66 (que une el NE y el SO del país). Salen de Oklahoma, pasan por Arizona y Nuevo Méjico y llegan a California. La familia Joad abandona sus tierras de Oklahoma, que les han sido arrebatadas por banqueros y terratenientes, y se dirigen a California donde esperan encontrar trabajo como temporeros en la recogida de fruta y algodón. Viajan en una camioneta destartalada Pa Joad (Simpson), la madre Ma Joad (Darwell), el hijo mayor Tom (Fonda), el hijo Al (Whitehead), la hija casada y embrazada Rosasharn (Bowdon), su marido, Casy (Carradine) amigo de Tom, los abuelos, dos nietos, etc.
El film presenta un drama de miseria, desarraigo, marginación, lucha y esperanza, de una familia arrancada de sus tierras de Oklahoma a causa de la crisis económica de los años 30. Ford compone un retrato magistral e impresionante de las consecuencias económicas y humanas de la Gran Depresión que siguió al crack de la Bolsa de Nueva York del 24-X-1929. Crea una composición conmovedora que sitúa al espectador a la época en la que el país y el resto del mundo se ven azotados por la miseria, el paro y la recesión económica. La historia es dura, los sufrimientos de los protagonistas durante el viaje son enormes, el trato xenófobo que como forasteros reciben a lo largo del recorrido y en los lugares de destino son irritantes, etc. Éstos y otros hechos no menos graves permiten a Ford construir un fresco realista, objetivo, detallado y demoledor de cómo fue la vida de los desheredados durante casi una década. A ello se añade el patetismo de la búsqueda de un paraíso en la tierra que no existe. La narración se presenta desde el punto de vista de Tom (Fonda), el hijo mayor y protagonista del film.
Esta entrada es en solidaridad con todos los desheredados a los que la actual crisis económica le está mermando sus esperanzas
El crack de 1929 marca el inicio de una larga etapa de crisis y recesión, en la que proliferan el paro, la pobreza, el hambre y la desesperación. Se volatilizan patrimonios, se producen quiebras de empresas, cierres de fábricas, fallidas de negocios, etc. Hay desapariciones y suicidios. Sobre todo hay trabajadores de la industria y los servicios que se ven abocados al paro, sin posibilidad de encontrar trabajos alternativos, sin coberturas sociales y sin ingresos suficientes para subsistir.
El
infortunio se ceba en las capas más débiles de la sociedad, como es el
caso de los pequeños granjeros, desposeídos de sus tierras, y de los
trabajadores del campo hundidos en la desesperación. De su desgracia se
lucran personas desaprensivas y codiciosas. Como desplazados son
víctimas de tratos degradantes y xenófobos.
La descripción de caracteres es magnífica: los protagonistas están bien definidos y son entrañables. La madre es cariñosa y pragmática; el padre vive resignado; y Tom tiene iniciativa, fuerza interior, lucidez y una gran curiosidad. Ford con su extraordinaria capacidad narrativa ofrece una descripción emocionante de la realidad de aquellos años y crea un relato de víctimas, en el que no hay ni héroes, ni salvadores, ni milagros. No hace ninguna concesión a la demagogia. Se limita a trasladar a la pantalla con objetividad y verismo una realidad histórica lacerante. El film es un magnífico trabajo de realismo social. Las interpretaciones de Fonda y Darwell destacan por su solvencia, naturalidad y credibilidad. Es memorable el diálogo de Tom y su madre hacia el final del metraje. La obra hace referencia al mito del Éxodo, al de la Tierra Prometida (“que mana leche y miel”) y a otras figuras bíblicas. Se inspira en la Odisea y prefigura films posteriores, como “El gran combate” (Ford, 1964).
La película denuncia la utilización de las fuerzas públicas del orden al servicio de intereses privados de los poderosos, la ausencia de sentido humanitario y solidario de los poderosos, la pavorosa insuficiencia de los recursos públicos aplicados a aliviar la situación de los más débiles, etc. Elogia la capacidad de lucha y supervivencia de una familia que representa a todas las familias desheredadas del país y del mundo, de la época y de todos los tiempos, las manifestaciones de solidaridad puntual (más caritativas que solidarias) de numerosas personas (escena del bar), la progresiva conciencia que adquiere Tom sobre la necesidad de acompañar la lucha individual y familiar con la lucha sindical a favor de la justicia social. El film, además de información sobre una época determinada, aporta elementos de juicio y bases de reflexión sobre una realidad (pobreza, miseria, hambre y emigración forzosa), que afecta al mundo de hoy (Tercer y Cuarto Mundo).
La banda sonora, de Alfred Newman, ofrece una partitura dramática y nostálgica, que incorpora ocasionalmente melodías country y diversas marchas. Como música adaptada, ofrece dos canciones: una tradicional (“Going Down The Road Feeling Bad”) y otra anónima, que canta Henri Fonda (“Red River Valley”). La fotografía, de Gregg Toland (“Ciudadano Kane”, 1941), en B/N, crea imágenes de extraordinaria belleza plástica, cuida el sentido documentalista y compone imágenes de soledad y desolación excepcionales (marcha de Tom campo a través), desoladoras e hirientes (niños hambrientos) y deprimentes (colas de desamparados). Ofrece una excelente resolución de imagen a niveles muy bajos de luz.
La descripción de caracteres es magnífica: los protagonistas están bien definidos y son entrañables. La madre es cariñosa y pragmática; el padre vive resignado; y Tom tiene iniciativa, fuerza interior, lucidez y una gran curiosidad. Ford con su extraordinaria capacidad narrativa ofrece una descripción emocionante de la realidad de aquellos años y crea un relato de víctimas, en el que no hay ni héroes, ni salvadores, ni milagros. No hace ninguna concesión a la demagogia. Se limita a trasladar a la pantalla con objetividad y verismo una realidad histórica lacerante. El film es un magnífico trabajo de realismo social. Las interpretaciones de Fonda y Darwell destacan por su solvencia, naturalidad y credibilidad. Es memorable el diálogo de Tom y su madre hacia el final del metraje. La obra hace referencia al mito del Éxodo, al de la Tierra Prometida (“que mana leche y miel”) y a otras figuras bíblicas. Se inspira en la Odisea y prefigura films posteriores, como “El gran combate” (Ford, 1964).
La película denuncia la utilización de las fuerzas públicas del orden al servicio de intereses privados de los poderosos, la ausencia de sentido humanitario y solidario de los poderosos, la pavorosa insuficiencia de los recursos públicos aplicados a aliviar la situación de los más débiles, etc. Elogia la capacidad de lucha y supervivencia de una familia que representa a todas las familias desheredadas del país y del mundo, de la época y de todos los tiempos, las manifestaciones de solidaridad puntual (más caritativas que solidarias) de numerosas personas (escena del bar), la progresiva conciencia que adquiere Tom sobre la necesidad de acompañar la lucha individual y familiar con la lucha sindical a favor de la justicia social. El film, además de información sobre una época determinada, aporta elementos de juicio y bases de reflexión sobre una realidad (pobreza, miseria, hambre y emigración forzosa), que afecta al mundo de hoy (Tercer y Cuarto Mundo).
La banda sonora, de Alfred Newman, ofrece una partitura dramática y nostálgica, que incorpora ocasionalmente melodías country y diversas marchas. Como música adaptada, ofrece dos canciones: una tradicional (“Going Down The Road Feeling Bad”) y otra anónima, que canta Henri Fonda (“Red River Valley”). La fotografía, de Gregg Toland (“Ciudadano Kane”, 1941), en B/N, crea imágenes de extraordinaria belleza plástica, cuida el sentido documentalista y compone imágenes de soledad y desolación excepcionales (marcha de Tom campo a través), desoladoras e hirientes (niños hambrientos) y deprimentes (colas de desamparados). Ofrece una excelente resolución de imagen a niveles muy bajos de luz.
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