“La Divina” vino al mundo en Estocolmo, Suecia en el seno de una familia humilde. Su verdadero nombre era Greta Lovisa Gustafsson. Su padre falleció cuando ella tenía catorce años y se vio obligada a trabajar para ayudar económicamente a su madre y a sus hermanos. Debido a su gran belleza fue elegida para aparecer en las campañas publicitarias de los almacenes Pub de Estocolmo, esto la llevó a realizar dos cortometrajes publicitarios para la misma cadena; pronto, el director, Eric Petscher, le daría una pequeña oportunidad en su producción Luffar-Petter (Pedro el Tramposo) en el año 1922 y La Garbo se haría acreedora a una beca para estudiar arte dramático en la Escuela de Drama de Estocolmo.
Sería en 1924 cuando La Garbo tuviera su gran oportunidad al protagonizar La leyenda de Gosta Berling de Mauritz Stiller, esto le resultaría en un contrato con la MGM en Estados Unidos, donde realizó varias películas mudas, como: El Torrente, Amor y La mujer ligera. Con la llegada del cine sonoro, la carrera de La Garbo cobró mayor fuerza; apoyada por su marcado acento sueco y su enigmática mirada realizó filmes memorables como Mata Hari, La reina Cristina de Suecia y Anna Karenina. Fue nominada al Oscar como mejor actriz en 1930, 1932, 1937 y 1939, pero nunca recibió una estatuilla.
Cuando parecía que su imagen comenzaba a decaer, La Garbo volvió a sorprender a todos con dos extraordinarias comedias: Ninotchka yLa mujer de dos caras. Conocida por su semblante serio, fue apodada “La mujer que no ríe”, su vida estuvo siempre llena de un halo de misterio y de preguntas que jamás intentó responder ni aclarar. Prefirió siempre el anonimato y se retiró del cine a los 36 años. A partir de entonces intentó por todos los medios pasar desapercibida, sin éxito. Tenía una fuerte rivalidad con Marlene Dietrich. Su rostro es considerado, hasta la fecha como el más perfecto de la pantalla grande.
No hay comentarios:
Publicar un comentario