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sábado, 21 de julio de 2012

La momia (1932)


Antes de que Rick O'Connell despertara la ira del temible sacerdote egipcio Im-Ho-Tep, el gran y polifacético Boris Karloff lo encarnó (nunca mejor dicho) en una de las superproducciones de la Universal de los años 30. Y es que todo en esta primera película de la momia tiene cierto eco en la versión de Stephen Sommers. Toda la historia de Im-Ho-Tep es calcada de esta versión, su amor por Anck-Su-Nammun y su plan de traerla de nuevo a la vida usando a la protagonista femenina de la cinta. Tres exploradores intentarán impedirlo.

La película comienza con una inscripción egipcia en tintes blancos y negros, y tras un pequeño prólogo en que obtenemos la única visión de la momia como tal despertando, nos trasladamos a varios años después, en que ésta ya ha adquirido el cuerpo de Karloff. La inquietante y siniestra atmósfera que cubre toda la cinta se beneficia de la falta de color y permite al director crear una película de aventuras y a la vez de suspense.

El uso de los efectos especiales, aunque parco (comprensible por la época), consigue unos correctos resultados. El maquillaje de Karloff hace que nos creamos que realmente es la momia, y los flashback a los que la cinta recurre para contar a la futura prometida de la momia su historia (escena vista en "El Regreso de la Momia", con algunos cambios), se integran perfectamente en el conjunto.

En definitiva, otra gran aventura de la Universal, de esas que permitían a los espectadores soñar y viajar a mundos lejanos, cuando el cine apenas comenzaba a dar sus primeros pasos.


Entre La Momia de 1932 y las múltiples y distintas versiones actuales hay muchas diferencias pero una de ellas es fundamental y se llama Boris Karloff. Karloff es al género del terror lo mismo que Bogart al del cine negro o Hitchcock al suspense. Hubieron otros, es cierto, Bela Lugosi, Vincent Price, Lon Chaney, Christopher Lee o Peter Cushing pero Karloff es el terror por excelencia. Hasta el punto que, ya madurito, interpretó junto a Jack Nicholson la película de Corman titulada, precisamente, El terror.

Claro que, en esto del terror las películas envejecen demasiado deprisa, tan deprisa como lo hacemos nosotros porque lo que fueron pesadillas de nuestros años infantiles ( y hablo de mucho después del 32) hoy se han descafeinado hasta límites capaces de provocarnos más de una sonrisa. Muchas películas o series de TV dedicadas al público infantil-juvenil desarrollan más malestar ó desazón que aquellas un tanto “inocuas” lecturas de Poe o Lovecraft que nos hacían arrebujarnos bajo las sábanas.

Por ello debemos ser comprensivos con este tipo de películas y no valorarlas por los efectos inmediatos sobre nuestra salud mental (miedo, desasosiego, aprensión, etc.) sino por sus propuestas visuales, por su coherencia argumental y por el grado de interés que consiguen mantener en el espectador. Y en ese sentido La Momia es un film excelentemente realizado que consigue atrapar nuestra atención con su mezcolanza de thriller y exotismo, con la interpretación soberbia de Boris Karloff  y con unos efectos especiales bastante notables para el momento de su realización. No pretende causarnos ningún tipo de shock terrorífico. Sus argumentos son otros, por lo que podemos prescindir del electro previo a este tipo de cine. Caso de chequearse algo, mejor nos revisamos la vista.

La caracterización de Karloff como la momia de Imhotep y el resurrecto Ardath Bey es de las que marcan época y es de ley reconocer el buen trabajo y citar al maquillador Jack Pierce una auténtica figura en su profesión. Las sesiones de caracterización duraban ¡hasta 8 horas! y se utilizaban productos "artesanales", por ejemplo algodón y otros bastante primitivos y con riesgos de toxicidad.

No quiero olvidarme del director Karl Freund, otro europeo emigrado a Hollywood y que había trabajado como fotógrafo de Tod Browning (La parada de los monstruos) en una versión de Drácula (1931)

Respecto a lo de miedo si o no, tal vez la cosa habría cambiado si en lugar de verla en el salón de nuestro hogar la hubiésemos visto en la última sesión de un cine de barrio semivacío. Tal vez al volver a casa los momificados ojos de Karloff abriéndose después de 3700 años nos hubiesen perseguido por las aceras desiertas.


TÍTULO ORIGINAL The Mummy
AÑO 1932




DIRECTOR Karl Freund
GUIÓN John L. Barlderston
MÚSICA Peter Tchaikovsky
FOTOGRAFÍA Charles Stumar (B&W)
REPARTO Boris Karloff, Zita Johann, David Manners, Edward Van Sloan, Arthur Byron, Noble Johnson, Leonard Mudie
PRODUCTORA Universal Pictures


SINOPSIS Un grupo de arqueólogos británicos invaden la tumba de un cadáver momificado que resulta ser un sumo sacerdote del antiguo Egipto. La momia, que revivirá accidentalmente 3.700 años después de su muerte, intentará raptar a una joven de ascendencia egipcia que se parece a la princesa que amó en vida y que fue el motivo de su ejecución.

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