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sábado, 18 de junio de 2011

Una noche en la ópera



Primera película de los Hermanos Marx producida por la Metro, tras su etapa de la Paramount, y primera sin Zeppo. Se basa en un argumento de James Kevin McGuinness. Se rodó en LA y NYC. Está considerado como el mejor de sus films de la Metro y uno de los mejores de su filmografía. Producido por Irving Thalberg (no acreditado), se estrenó el 15-XI-1935 (EEUU).La acción se inicia en Milán, se sitúa en el trasatlántico "S.S. Americus" y finaliza en NYC. Narra el romance entre la soprano Rosa Cristaldi (Kitty Carlisle) y el tenor Ricardo Baroni (Allan Jones). El cazadotes Otis B. Driftwood (Groucho) se hace pasar por especialista en finanzas, el desocupado Florentino (Chico) encuentra empleo como agente de Baroni y Tomás (Harpo) es asistente del vanidoso tenor Lasparri, que le maltrata. Los tres deciden apoyar la carrera de Ricardo y el amor de éste y Rosa, pese a estar los tres enamorados de ella.La película es una comedia cómica, una historia de amor y un musical. Los Hermanos Marx dan rienda suelta a su humor corrosivo, anárquico y surrealista. En esta ocasión se burlan de la vanidad, los formalismos burocráticos, la corteza de miras y de la pretensión de conseguir relaciones, amistades y prestigio, con dinero. Son escenas memorables el encuentro en el restaurante de Milán de Driftwood (Groucho), la Sra. Claypool (Margaret Dumont) y Gottlieb (Sig Ruman), la cena y el canto en la cubierta del barco (con excelente coreografía), el contrato entre Groucho y Chico, la algarabía en el teatro de NY y otras. Incluye expresiones que se han hecho famosas: "Como pienso despacio, necesito todo el día", "Si me despide, retiro mi proposición de matrimonio", "Todo en ella me recuerda a Ud., excepto Ud.". Abunda el humor visual: la mariposa que sale de debajo de una barba, el puro de Groucho entre dos rodajas de pan con mostaza, esgrima con batutas, el grito a lo Tarzán de Groucho, los saltos de Harpo asido a las cuerdas de la tramoya, la acumulación de 15 personas en el camarote, etc.La música ocupa un lugar preminente. Incluye dos canciones originales: "Cosí, cosà" y "Alone". La música de ésta fue compuesta por Nacio Herb Brown, autor de la canción "Singin'in The Rain". "Alone" se convirtió en la canción de año. Incorpora arias de "I Pagliacci", en La Scala de Milán, y de "Il Trovatore" en NY. Harpo interpreta en el harpa una versión propia de "Alone". La fotografía, en B/N, luce excelentes contrastes de luz y un dinamismo poco común, apoyado en un acertado montaje. Se ofrecen proyecciones de sombras, hermosas tomas, primeros planos (Harpo tocando el harpa), imagenes contrapicadas (aparejo del barco). El guión, muy trabajado, suma esfuerzos de varios profesionales de la Metro: George S. Kaufman, Morrie Ryskind, Al Boasberg y Buster Keaton (no acreditado).Fue la película más taquillera de los Marx y la más popular. Critica la soberbia y exalta la sencillez de los niños y los humildes.


"Una noche en la ópera" es, esto nadie lo discute, un gran clásico. Pero, ¿qué es un clásico y qué películas lo son? Un clásico es aquella película que, por mucho que pasen los años, nunca pasa de moda, nunca envejece. ¡Tantas y tantas películas han sido incapaces de resistir el paso de los años...! No así este filme de los Marx, que conserva como pocos toda su frescura, toda su originalidad. Es realmente sorprendente que en 72 años no haya envejecido nada, que sus gags no hayan perdido en absoluto su gracia. ¡Ya le gustaría a Chaplin...!Esta película es, y que me perdonen los aficionados a Chaplin, Wilder o Allen, la mejor comedia y una de las mejores películas de la historia del 7º arte. Los siempre geniales hermanos Marx superaron a "Sopa de ganso" y consiguieron su obra más redonda en todos los aspectos, y por supuesto, la más divertida. Escenas como la del camarote, la de los falsos aviadores, la de las camas...pasarán a la historia como algunas de las más divertidas y alocadas. Las interpretaciones, especialmente la del siempre genial Groucho, el mejor cómico de la historia, y la de Margaret Dumont, son magistrles, consiguiendo así una continua carcajada por parte del espectador.

viernes, 10 de junio de 2011

张艺谋 (Zhang Yimou)



Zhang Yimou (chino simplificado: 张艺谋, chino tradicional: 張藝謀, pinyin: Zhāng Yìmóu) es un director de cine chino de gran proyección internacional.
Nació el 14 de noviembre de 1951 en la ciudad norteña de Xi'an. Era hijo de un soldado del ejército de Chiang Kai-shek.
Durante la Revolución Cultural (1966-1978), periodo que coincide con el régimen de Mao Zedong, abandonó sus estudios y se integró en una granjas de trabajo, donde, durante diez años, trabajó como operario textil. Acabada esta etapa, en 1978, con 28 años, retomó sus estudios e ingresó en la Academia de Cine de Pekín, logrando finalmente graduarse en 1982. Tras graduarse, empezó a trabajar como fotógrafo y dibujante.
Antes de director fue operador de cámara en la película Tierra amarilla de Chen Kaige (1984). Repitió en este rol, en otra película del mismo director: Da yue bing (en inglés, The big parade) de 1986.
Debutó como director con Sorgo rojo (1987) y al ganar el Oso de Oro Berlín (1988), pasó a ser mundialmente conocido. Ya desde su primera película, Zhang pasó a ser uno de los directores chinos con mayor proyección internacional, pues los premios obtenidos en los grandes festivales de cine como Cannes, Venecia y Berlín le abrieron las puertas del mercado de la distribución.
En Sorgo rojo, Zhang coincide por primera vez con la que será su primera musa Gong Li, por entonces una actriz debutante. Ambos compartirán una relación más que profesional que concluirá tras La joya de Shangai (1995). Después, en El camino a casa, Zhang encontró a una nueva musa en la joven actriz china Zhang Ziyi.
Zhang forma parte de lo que se conoce como Quinta generación del cine chino, que está integrada por aquellos directores que como él (o Wu Tianming, Chen Kaige...) comenzaron su carrera tras la Revolución Cultural a finales de los años 60 del siglo XX.
Su cine se caracteriza por una cuidada y estudiada fotografía, lo que no es de extrañar, pues inició su carrera precisamente como director de fotografía.
La figura de la mujer fuerte y decidida domina todo su cine, desde las películas de un contexto íntimo y cotidiano a aquellas donde la épica lo impregna todo.
Pese a la repercusión internacional del director, dos de sus películas fueron prohibidas en China: Semilla del crisantemo (Ju Dou, 1990) y La linterna roja (Da hong Deng long Gao gao Gua, 1991). Su cine, muchas veces alejado de la doctrina oficial del régimen totalitario chino, no siempre ha sido bien aceptado en su país, donde se le han puesto todas las trabas posibles, desde denegarle permiso para realizar viajes de promoción, hasta censurarle guiones.
Además de su faceta como cineasta, Zhang Yimou también ha trabajado en algunos proyectos televisivos y en producciones de ópera.
Zhang fue uno de los 30 directores participantes en el documental Lumière y compañía (Lumière et compagnie) (1995).
En 2008, Zhang Yimou, junto con el coreógrafo Zhang Jigang, dirigió la Ceremonia de Apertura de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

sábado, 4 de junio de 2011

King Vidor y el mundo marcha



Es el fiel retrato del sueño americano. ¿Que cuál es este? Pues nada más y nada menos que llegar a ser Presidente de los EE.UU. Para nuestro protagonista todo comienza con buen pie, pues nace nada más y nada menos que un 4 de julio; pero a partir de ahí, cualquier semejanza de lo que vive con ese sueño expresado... no existe. King Vidor sigue los avatares de este hombre sacado de la multitud, en una sucesión de comedia y drama tan sutil y magistral que al final de la película tenemos la impresión de haber asistido a la vida tal cual. Visualmente es impresionante y podemos comprobar la gran sabiduría que tenían todos estos directores en la época del cine mudo. No les hacían falta los diálogos, porque como diría la gran Norma Desmond: el cine era grande. Como ejemplo, cuando nos muestra al protagonista en su trabajo. Es una secuencia de una modernidad asombrosa: la cámara enfoca un contrapicado de un rascacielos, se va acercando poco a poco en base a fundidos, hasta entrar por la ventana y mostrarnos un picado de una oficina INMENSA (ni “El Apartamento” se atrevió a tanto), en la que una fila ordenada e infinita de oficinistas no levanta las cabezas de esos papeles tan necesarios para que el mundo marche... Las interpretaciones son naturalistas, casi rozando ese neorrealismo que aún tardaría en llegar pero que aquí ya esta presente. Una gozada, en la que las risas y las lágrimas son nuestras escoltas en esta película de visión obligada, de cine grande aunque se acerque a lo chiquito, a lo anónimo.







Esta película llegó un año después de que se estrenara "El Cantor de Jazz", la primera película sonora de la Historia del Cine,y yo la ví por primera vez(digo esto porque pienso volver a ella en muchas más ocasiones)en el año 2007,casi ochenta años después de su estreno...y he de decir que la película me pareció de una vigencia y de una actualidad tremenda.El tema que aborda es atemporal, este tema no es otro que el inexorable paso del tiempo, la rápidez con la que pasan los años, lo fulminante que puede llegar a ser el reloj,... El título en español no podía haber sido más acertado, el tiempo, los años, la vida pasa...Y el mundo marcha.A nuestro protagonista lo asolan las desgracias, y también las alegrías, pero como le dice un guardia en un momento crucial del film: "el mundo no puede detenerse porque a usted le haya pasado una desgracia". Todo adquiere una tremenda perspectiva, porque esto se une con aquello a lo que alude el título original, "The Crowd", la multitud que sigue su ritmo, que sigue marchando, aquélla que vemos en el magistral primer plano de la película, la misma multitud que trabaja en la oficina en un piso de un alto rascacielos de Nueva York (hermoso plano que retomaría Billy Wilder para su obra maestra "El Apartamento"), y también es esa multitud que ríe con él en un bullicioso teatro, pero que sin embargo no llora su desgracia, ante la que tan solo sienten una curiosidad morbosa.Es ese paso del tiempo, reflejado por unas enormes elipsis, lo que esta película muestra, y bajo la batuta del maestro Vidor pasamos en una misma secuencia de la comicidad más absoluta a la más grande de las tragedias,pero nada puede hacerse porque el mundo no se puede detener.King Vidor nos enseñó cine con mayúsculas con esta película, que adquiere un significado muy especial en nuestros días, en los que el paro y la falta de oportunidades sigue siendo una de las grandes lagunas sociales de nuestra sociedad actual.


Aún así hay un leve signo esperanzador al final del film, y el protagonista no sucumbe ante las desgracias, contempla el rostro de su hijo y eso le confirma qué es lo que tiene que hacer, y lo hace, y con un magistral toque de ingenio Vidor cierra la película como si de un círculo se tratara, y aunque la profusión de letreros anunciaba ya la urgencia de la llegada del sonoro al cine, King Vidor nos regala una de las últimas obras maestras del cine mudo, y por ende, del cine de todos los tiempos.




TÍTULO ORIGINAL
The Crowd



DIRECTOR
King Vidor
GUIÓN
King Vidor, V.A. Weaver, Harry Behn
MÚSICA
Película muda
FOTOGRAFÍA
Henry Sharp (B&W)
REPARTO
James Murray, Eleanor Boardman, Bert Roach, Estelle Clark, Daniel G. Tomlinson, Dell Henderson
PRODUCTORA
Metro-Goldwyn-Mayer
PREMIOS
1927: 2 nominaciones al Oscar: Mejor director, película por calidad artística